Montessori: otro mundo?

Montessori: otro mundo?

Paola Minetti
Psicóloga
Especialista en Pedagogía Montessori
 
No fue una, ni dos, ni tres veces las que escuché esta expresión más o menos igual y en este mismo sentido, fueron muchas. Casi siempre con tono peyorativo, o sino con ánimo de “avivate che…”. Les mentiría si les digo que no me enoja. Aunque sé, que está directamente relacionado sobre cómo concebimos la infancia colectivamente.
 
Desmantelar esta idea, exige, entre otras cosas, enfrentarnos a una serie de prejuicios que tenemos pendientes resolver, en principio, con las infancias, es aquí nuestra deuda.
 
Decir que deben aprender la realidad lleva implícita la atemorizante idea que seguir la naturaleza del niño, el ritmo de cada uno es peligroso. La homogeneidad, sería el camino seguro.
 
También supone entender que hay una sola realidad, la realidad de quién? la suya? Claramente atravesada y sesgada con su historia, experiencias y sistema de creencias.
 
Podría continuar el despelleje de este prejuicio, pero los casi 400 caracteres no dan para continuar. De todos modos, quiero sí señalar:
 
Montessori no es una realidad paralela, encapsulada. Entenderlo y transmitirlo así es traicionar, al menos, sus orígenes.
 
No existen los niños Montessori, como tampoco existen los niños malos o brillantes. La infancia es infancia con todos sus aconteceres, el resto son etiquetas y necesidades de los adultos que, entiendo yo, deberían pensar y trabajar esto para no generar presiones y ansiedades en los niños a su cargo.
 
Creer que criar siguiendo la filosofía Montessori es tener la capacidad de sostener una burbuja donde: los padres “sean Montessori”, también los abuelos, llevemos a nuestros niños a una escuela Montessori y todo el mundo con quien tenga contacto opine y diga a partir de la filosofía Montessori, es tan falaz como utópico.
 
No sé yo cual es el éxito en la mapartenidad, si es que podemos pensarlo en esos términos. Pero sí hay algo que puedo asegurar: habremos hecho mucho por nuestros hijos y alumnos si les damos herramientas emocionales para gestionar situaciones conflictivas.
 
Sí, hablaremos sobre esto en otra oportunidad.
 
Te leo.
 
 La ilustración es vía Pinterest
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